Dr. Luis Charúa Guindic
INTRODUCCIÓN
Etimológicamente la palabra proctología significa tratado de las enfermedades del ano, pero se acepta que los médicos al pronunciar esta palabra se refieren a las enfermedades del ano y del recto; cuando se quiere incluir a las enfermedades del colon, se habla de la coloproctología.
La coloproctología es la especialidad de la medicina derivada de la cirugía general que brinda prevención, diagnóstico y tratamiento médico y quirúrgico de las enfermedades del colon, recto y ano. En algunos servicios o unidades hospitalarias también se le denomina como cirugía colorrectal, cirugía de colon y recto o cirugía de colon, recto y ano.
ORIGEN DE LA ESPECIALIDAD
Las primeras referencias que se tienen acerca de las enfermedades del ano y recto proceden del Código de Hammurabi (hacia el 2200 a.C.), en donde se fijan los honorarios de los proctólogos, lo que hace suponer que eran personas muy importantes.
El papiro de Ebers, encontrado en Tebas en 1873, en escritura hierática, contiene un registro de la medicina Egipcia, constituyendo una enciclopedia farmacológica. Data del año 1500 a.C. y es una muestra de todas las recetas existentes entonces para las enfermedades proctológicas. En tablillas de escritura cuneiforme de la biblioteca de Asurbanipal se hallan datos sobre este conjunto de enfermedades (siglo XII a.C.). Otro ejemplo de la importancia concedida por los egipcios a las enfermedades anorrectales lo constituye el papiro de Chester Beatty, que data de 1200 años a.C. y ofrece una lista de remedios para las enfermedades más conocidas del ano.
Parece que los egipcios fueron influenciados por la primera civilización hindú, treinta o cuarenta siglos a.C., cuyos conocimientos recogió y divulgó el gran Susruta. Aunque la fecha exacta de este manuscrito se desconoce y algunos piensan que fue escrito entre 1000 a 4000 años a.C., gran parte de las operaciones mencionadas en el mismo han aparecido en Arabia y también en la medicina Occidental.
Susruta describe y norma el tratamiento de las hemorroides, fístulas, prolapso rectal y perforaciones intestinales por heridas de abdomen. Las hemorroides fueron tratadas con cáusticos y cuando no resultaba recomendaba la ligadura con pelos de caballo. En las tablillas Akádikas entre 700 a 1000 años a.C., se mencionaron también las hemorroides y las fístulas.
En occidente, en el período griego y romano no es posible hablar de la historia sin mencionar a los grandes personajes médicos que ejercieron a través de los siglos, tales como Hipócrates, Galeno, Leonidas, Celso, Abulcasis, Avicenna, J Fabricio de Aquapendente, etc., que escribieron sobre distintas patologías anorrectales.
En la Edad Media la practica de la medicina estaba preferentemente en manos de los monjes, además de profesionales laicos, tanto cristianos, judíos y árabes.
Maimónides (1135, Córdoba, España, 1204, Fustat, Egipto) conocido entre los cristianos como Rabí Moisés el Egipcio, fue el médico, rabino y teólogo judío más célebre de la Edad Media. Tuvo una enorme importancia como filósofo en el pensamiento medieval. Maimónides señaló, en su “Tratado de Hemorroides”, la importancia de la dieta y describió múltiples tratamientos para mitigar los síntomas de las hemorroides, como el “caldo de pollo gordo”, además de recomendar varios medicamentos aplicados en forma de supositorios, cremas o enemas para eliminar los síntomas o prevenirlos.
En la Edad Media aparece Johnde Arderne (1307-1392), que es considerado como el padre de la cirugía inglesa y en especial de la proctología. Fue un destacado cirujano por su dedicación y conocimientos de la anatomía de la región. John de Arderne nació en Nottinghamshire (Newark), llegando como cirujano militar a Londres para actuar en la guerra de los Cien Años; tuvo allí la oportunidad de operar abscesos y fístulas. En 1349 escribió un ensayo sobre los enemas e inventó instrumentos quirúrgicos.Su obra maestra fue “Practica Magistri Johannis de Arderne”, en la cual copiló toda su experiencia y conocimientos de la cirugía anorrectal. Dicho tratado fue escrito 1370 en latín y parcialmente traducido y publicado en inglés en 1588 por John Read. El resto quedó en forma de manuscrito, cuyo original se conserva en el Museo Británico, y la reproducción hecha por D´Arcy Power se exhibe en la Biblioteca de los Cirujanos, en Washington con el nombre: Teatrises of Fistula, Hemorroids and Clisters. El manuscrito contiene ilustraciones del instrumental que el autor empleaba en el tratamiento de las fístulas de ano y formula los principios básicos que él utilizaba en su tratamiento quirúrgico, obteniendo al parecer muy buenos resultados. Aconseja para la fístula anal, tratamiento combinado de ligadura e incisión. La forma como lo describió fue: “Se inserta una sonda en la fístula, y se hace atravesar por 4 hilos de ligadura, haciendo pasar la ligadura por la fístula. Se anudan los dos extremos de los hilos y se tira progresivamente. Se pasa luego el bisturí sobre la sonda acanalada y se corta”. “Las ramificaciones de la fístula deben de ser tratadas de la misma manera”. “Para evitar la hemorragia basta la presión: vendaje en T”.
El 18 de noviembre de1686, el Rey Sol de Francia, Luis XIV, fue operado de una fístula anal que tenía 10 años de evolución por Charles-Francois Tassy, llamado Félix de Tassy, quien era parte de los cirujanos de la corte; previamente haber experimentado diferentes técnicas operatorias en mendigos y presos en las cárceles de París. Para ello, empleó el método Acquapendente con un bisturí llamado “siringotomo”, que, siendo de borde cóncavo, se continúa con un estilete que hacía las veces de guía; llamado en la actualidad el “Bisturí Real”.4 Esta investigación puede ser tomada como la primera cirugía que llevó un método científico; este hecho revolucionó la historia de la medicina y su éxito alejó definitivamente de la práctica médica a los curanderos, charlatanes y barberos. La retribución económica al cirujano por curar al Rey, se considera la más alta que se haya pagado en la historia de la medicina; recibió, en aquella época un millón de francos viejos, el equivalente en la actualidad de 7 millones de dólares, un titulo nobiliario, un castillo en la región de Molineaux y una compensación cada 18 de noviembre. El éxito de la intervención quirúrgica trajo como consecuencia que el músico y bailarín Jean-Baptiste Lully, preferido de Luis XIV, compusiera el tema “Grand Dieusauve le Roi”, modificado por Haendel, que dio origen al himno nacional del Reino Unido y sus colonias: “God Save the King” (Queen). Motivado en parte por la intervención del bisabuelo de Luis XV, Rey de Francia y de Navarra, decretó en 1715 la inclusión obligatoria de la Cirugía en las Escuelas de Medicina en Francia, marcando el fin de la era de los cirujanos barberos.
Percival Pott (1714-1788), oriundo de Londres, Inglaterra, en su “Tratado de fístulas”, hace énfasis en una mínima sección, lo que actualmente conocemos como fistulotomía.
Un papel protagónico en la historia de la cirugía ha sido la creación de una ileostomía o una colostomía, parte esencial del desarrollo de la cirugía de colon. Probablemente la construcción de un estoma intestinal haya sido una de las primeras intervenciones quirúrgicas sobre el intestino. Es muy posible que los primeros estomas fueran fístulas fecales por heridas de guerra, trauma, hernias encarceladas, atresia anorrectal u obstrucción intestinal. Esta intervención quirúrgica para el alivio de la obstrucción fue descrita en tiempos de Aristóteles por Praxágoras de Cos (384-322 a.C.), como el iniciador del tratamiento quirúrgico de la obstrucción o trauma intestinales; practicaba fístulas enterocutáneas mediante punción percutánea; las realizaba con un hierro candente, con el fin de formar una fístula intestinal, especialmente en el íleon; los resultados de estas intervenciones no fueron descritos. Con el paso del tiempo se pudo comprobar que la supervivencia tras estas intervenciones era posible, y en especial las de colon, que no daban trastornos metabólicos graves, además de que un buen número de ellas cerraban espontáneamente. No se encontraron referencias relativas al tema en los siguientes dieciocho siglos, hasta que Theophrastus Bombastus von Hohenheim, llamado Paracelso (1491-1541), se declaró convencido de estos anos artificiales frente a cualquier otra técnica de manipulación de las asas intestinales lesionadas.
En 1710, Littré recomendó la práctica sistemática de cecostomía inguinal transperitoneal en todos los pacientes con ano imperforado. Él sugirió, al momento de hacer un examen postmorten de un infante que había muerto por ano imperforado, que “debía ser necesario llevar el intestino a la superficie del cuerpo que nunca cerrara, pero funcionara como un ano”. Así nació el concepto de ano artificial. En 1776, un cirujano francés llamado Pillore, reportó el caso de una mujer con un carcinoma obstructivo de sigmoides, a la que aplicó estos principios; lo relevante de este caso es que la paciente falleció 28 días después de la intervención quirúrgica a consecuencia de necrosis producida por el mercurio retenido en el intestino delgado suministrado para laxarla.
La primera colostomía inguinal del lado izquierdo se atribuye a Duret en 1793, para tratar un ano imperforado de un niño que sobrevivió hasta los 45 años de edad.
La primera colostomía transversa documentada se le acredita a Fine en 1797, en Génova. Él descomprimió exitosamente una obstrucción por cáncer rectal extrayendo un asa de intestino y suturando el mesenterio a la piel; inicialmente creyó que había exteriorizado un asa de íleon, pero 3 meses después se demostró en la autopsia que lo que había exteriorizado era el colon transverso.
Jean Zulema Amussat (1796-1855), médico francés, miembro de la Imperial Academia de Medicina y Caballero de la Legión de Honor, fue un prolífico escritor, contribuyó extensamente en varias áreas de la literatura y de la medicina, y es considerado uno de los cirujanos más ingeniosos e innovadores de su tiempo. En 1835, publicó una técnica experimental de anastomosis intestinal. En esa época, previa a la antisepsia, la laparotomía era una cirugía muy temida por el alto índice de complicaciones, entre ellas la peritonitis. Basado en los estudios anatómicos de Callisen y buscando una vía extraperitoneal, publicó en 1839 la forma de exteriorizar y abrir el colon sigmoides en la región lumbar izquierda sin abordar la cavidad abdominal, evitando la contaminación transperitoneal por un estoma inguinal; el artículo lo intituló: “Notas sobre la posible construcción de un ano artificial en la región lumbar sin entrar a la cavidad peritoneal”. Finalmente, Amussat reportó 29 pacientes con colostomía, todos ellos exteriorizados en la región lumbar izquierda, 21 por ano imperforado. De los 29 pacientes, 20 murieron por peritonitis, 5 por otras causas y sólo 4 sobrevivieron.
La cirugía experimentó un enorme desarrollo a mediados del siglo XIX y empezaba a surgir una medicina teórica, al menos en Francia. La cirugía había ganado prestigio gracias a Dominique Jean Larrey (1766-1842); su sucesor fue Guillaume Dupuytren (1777-1835), nombrado cirujano jefe en 1815. Dupuytren fue un excelente profesor, deslumbrante en el tratamiento de heridas y orador elocuente. Llegó a ser millonario gracias a la práctica privada y fue nombrado barón de Francia. En 1828 Dominique Jean Larrey (1766-1842) describió junto con Von Mikulicz varios modelos de enterotomos.
La primera ileostomía acompañada de resección del colon derecho por cáncer fue realizada en 1879 por Baum, en Alemania. El paciente sobrevivió a la ileostomía pero murió por complicaciones en una segunda operación por la resección del carcinoma primario con anastomosis ileocólica. La ileostomía empezó a practicarse con más frecuencia debido a la falla de la cecostomía y apendicostomía, en pacientes con colitis ulcerosa.
En 1853, el francés Desormaux utiliza por primera vez un tubo metálico con iluminación especial para poder examinar el recto, inaugurando así la endoscopia rectosigmoidea. Poco tiempo después, Kelly, de Baltimore, emplea endoscopios de mayor calibre, que fueron perfeccionados sucesivamente por Pennintong, Laws, Tuttle, Lockhart-Mummery, Strauss, Quenú, Duval, Hartmann, Bensaude, etc.
A principio del Siglo XX, los cirujanos ya contaban con amplios conocimientos de la anatomía y fisiología del cuerpo humano. En 1908, Ernest Miles desarrolló los criterios de la resección abdóminoperineal tras un análisis de las razones del fracaso de los métodos previos. Esta operación significó una nueva era quirúrgica. La colostomía terminal y en asa derivativa, como fue descrita por Miles, Witzel, Madel entre otros, ha sido practicada, hasta la actualidad, por miles de cirujanos en todo el mundo.
A mediados del siglo pasado, se atribuye a David Howard Patey la maduración inmediata del estoma y a Brooke y Turnbull que la ileostomía se evierta y se fije con puntos de sutura mucocutáneos.
La primera resección colónica por vía laparoscópica fue una hemicolectomía derecha realizada por Moisés Jacobs, en Miami, Florida, en junio de 1990. La cirugía la practicó no obstante no contar con el instrumental especializado con que se cuenta en la actualidad.
LA COLOPROCTOLOGÍA EN MÉXICO
En numerosos códices prehispánicos de los pueblos de Mesoamérica, se mencionaban múltiples padecimientos y su tratamiento, que, en la actualidad, se catalogan dentro de la patología colorrectal, y seria muy largo mencionarlos a todos por lo que se describe los más importantes; entre ellos, el “Libellus de Medicinalibus Indorum Herbis” mejor conocido como “Códice Cruz-Badiano”, es el primer libro de medicina escrito en el continente Americano en 1552, 31 años después de la caída de Tenochtitlan. Escrito en náhuatl por el médico azteca Martín de la Cruz y traducido al latín por un indio Xochimilca de nombre Juan Badiano, en el colegio de la Santa Cruz en Tlatelolco, fundado en 1536, lugar en donde también se dio la primera clase de medicina en América, encontrando en el texto varios padecimientos anorrectales así como las hierbas para su tratamiento y su proceso de aplicación.
Fray Bernardino de Sahagún realiza su obra “La Historia General de las Cosas de la Nueva España”, también conocido como: “Código Florentino”, escrito en lengua mexica y latín en 1558, traducido al español en 1577, en dicha obra se escribe sobre hemorroides y otros padecimientos relacionados, contando con una ilustración muy interesante en donde se observa una intervención sobre la región anal de un paciente y al pie dice: “La enfermedad de las almorranas se curara con el agua de la hierba llamada tletlémaitl, bebiéndose y tomando algunos vasos, o echarse ha también una medicina de la propia hierba y esto extiéndase estando dentro las almorranas, pero si estuvieran fuera, será necesario moler la hierba y los polvos ponerse sobre ella. Hablando de hemorroides internas y externas”.
La primera operación colónica efectuada en México fue una colostomía y fue realizada con éxito en 1846 por Matías Beistegui en un caso de ano imperforado con fístula vesical.
Juan Collantes señaló en 1878 conceptos interesantes para el diagnóstico y terapéutica de las hemorroides, pero fue Rafael Caraza quien en 1900, propuso la extirpación de los paquetes hemorroidarios seguidos de sutura, señalando ventajas y desventajas en relación con el método abierto.
Hospital General de México
En 1925, el Director del Hospital General de México, el doctor Genaro Escalona, designa al Dr. Abraham Ayala González el Pabellón 19 y al Dr. Leónides Guadarrama el Pabellón 20, para el estudio y tratamiento de los enfermos del aparato digestivo.
El 23 de junio de 1937, junto con el Director del Hospital General de México, Dr. Ignacio Chávez Sánchez, el Dr. Abraham Ayala González inaugura el Pabellón 24; lo que le permitió el desarrollo y consolidación de la gastroenterología en México como especialidad.
Antes de 1957, la proctología no existía en el Hospital General de México; sólo se practicaban dos o tres rectoscopías y se operaban uno o dos pacientes a la semana en el Pabellón 24. Sin embargo, a nivel mundial se empezaba a reconocer y lentamente se establecieron servicios de cirugía colorrectal. Los médicos del Pabellón 24 del Hospital General de México, encabezados por el Dr. Leónides Guadarrama, se percataron de ello y empezaron a pensar en la conveniencia de prestarle la atención que ya merecía la proctología; como resultado de ello, el Dr. Guillermo Haro y Paz, médico del pabellón 24, comentó con el Dr. Octavio Avendaño Espinosa, entonces médico externo, que la “proctología era un campo virgen en México y que se presentaba como una oportunidad para quien la aprovechara”; el Dr. Haro sugirió que se comentara este tema con el Dr. Guadarrama, que vio con buenos ojos esta posibilidad y se tomara en cuenta para desarrollarla. En ese entonces, los escasos enfermos proctológicos eran internados y atendidos en el sector del Dr. Alberto Robles Díaz, médico del servicio del Pabellón 24, al que llegó el Dr. Avendaño como médico aspirante, que pensó en aprovechar la oportunidad y le propuso al doctor Robles un programa integral de trabajo que fue presentado al Dr. Guadarrama, que lo aceptó y dio su autorización para desarrollarlo. El Dr. Robles no se notó muy entusiasmado con el proyecto y el doctor Avendaño fue nombrado como encargado y el 14 de febrero de 1958 fue ratificado como jefe de la sección de Proctología por el Director del Hospital el Dr. Enrique Flores Espinosa, contando con el visto bueno del Dr. Abraham Ayala González. Este programa fincó la creación de la actual unidad de Coloproctología,
En 1962, el Dr. Avendaño impartió el “I Curso Teórico Práctico de Proctología”, de un mes de duración, en el que participaron 30 médicos procedentes de diversas ciudades del país.
Durante los siguientes años asistieron a la Unidad 14 médicos, en calidad de externos, durante períodos variables, de un año, dos y algunos de tres, en la que el Dr. Avendaño fungió como Profesor.
Durante estos años, se inició la práctica de la cirugía de colon, hasta entonces vedada a la proctología y se realizó un Curso teórico práctico de cirugía de colon.
De 1979 a 1981 se impartió el 1er Curso formal bajo las directrices de los programas universitarios, con dos años de duración, que formó a cinco especialistas coloproctólogos, pero sólo con reconocimiento del Hospital.
Mientras tanto, se solicitó insistentemente a la División de Posgrado de la Facultad de Medicina de la UNAM el reconocimiento universitario, pero se encontraron con múltiples dificultades ante la División de Posgrado y sus integrantes; ellos argumentaban que la entonces proctología era parte del aparato digestivo y no se justificaba esta petición. Sin embargo, y lo siguiente sirva como anécdota, miembros destacados de la Sociedad Mexicana de Proctología preguntaban a Gastroenterólogos y otros especialistas de la División de Posgrado: “¿Si usted o una persona de su familia sufrieran una enfermedad anorrectal, a quien recurrirían: al cirujano general, al gastroenterólogo o al proctólogo?”. La respuesta siempre fue: al proctólogo. Afortunadamente, después de muchos esfuerzos y tiempo se logró el reconocimiento, teniendo como sedes la unidad de Coloproctología del Hospital General de México y el Hospital de Especialidades del Centro Médico del IMSS. Este Curso ya exigía como requisito indispensable dos años de cirugía general. La residencia formal universitaria de coloproctología en el Hospital General de México se inició en 1983.
Al ascender en la carrera hospitalaria el Dr. Avendaño a Consultor Técnico, el Dr. Luis Charúa Guindic, ocupó la jefatura del servicio, además de ser el profesor titular del curso de especialización en coloproctología de la UNAM de 2002 al 2011. Los médicos que han colaborado en la unidad son los doctores Edmundo Godínez Camacho, Pedro Pascault Casaubon, Arturo García Valdés y José Manuel Correa Rovelo. Los médicos que actualmente laboran en la unidad son los doctores Luis Charúa Guindic, Rosa Martha Osorio Hernández, Teresita Navarrete Cruces, Billy Jiménez Bobadilla, Carlos Cosme Reyes, Juan Antonio Villanueva Herrero y Luis Enrique Bolaños Badillo.
Hospital de Especialidades del Centro Médico “Siglo XXI”, IMSS
Desde su inauguración el 15 de mayo de 1963, el Hospital General del Centro Médico contó con el servicio de proctología, estando como jefe de servicio y, posteriormente, profesor titular del curso de especialización el Dr. Elías Corral Manrique y como médico de base el Dr. Librado Gallegos González. Años después, el Dr. Corral ocupó la subdirección del Hospital General y el Dr. Gallegos se hizo cargo de la jefatura de servicio e ingreso como médico de base el Dr. Federico Verdín López Arce. En este período se cambia el nombre a servicio de coloproctología. El 19 de septiembre de 1985, en el terremoto que cimbró a la ciudad de México, destruyó el Hospital, resurgiendo como sede del servicio, en forma provisional, el Hospital “Pérez Ríos”, dentro del mismo Centro Médico Nacional, mientras se levantaba el nuevo Hospital de Especialidades CMN, “Siglo XXI”, que fue inaugurado el 23 de abril de 1992. De 1989 a 1993 funge como jefe de servicio y profesor titular del curso de coloproctología, el Dr. José Luis Rocha Ramírez. De 1994 al 2000, el Dr. Juan Pablo Peña Ruiz Esparza ocupa el cargo de jefe de servicio logrando el cambio de nombre a servicio de cirugía de colon y recto. De 2000 al 2012, nuevamente el Dr. José Luis Rocha Ramírez ocupa el cargo de jefe de servicio. Desde la inauguración del Hospital de Especialidades han colaborado como médicos de base en diferentes épocas los doctores Marco Antonio Pulido Muñoz, Carlos Alonso Blasio, Alfredo Córdoba Charraga, Eduardo Villanueva Saénz, Miguel Blas Franco, Paulino Martínez Hernández Magro, Javier Walter Parrado y Moisés Freddy Rojas Illanes.
Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional “La Raza”, IMSS
El Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional “La Raza”, IMSS, nace el 20 de abril de 1979 por la necesidad de atención que demandaba los pacientes de la zona norte del Distrito Federal. Desde su fundación el Hospital contó con un servicio de proctología, ocupando la jefatura el Dr. Marco Antonio Pulido Muñoz hasta el 2006. En 1990, y posterior a varios años de practicar cirugía de colon y recto, el servicio cambia su nombre a servicio de coloproctología. En ese mismo año, inicia el curso de especialización en coloproctología, abalado por la División de Estudios de Posgrado de la UNAM. El Dr. Fidel Rodríguez Rocha ocupa la jefatura del 2006 al 2008. Los otros especialistas que colaboran o han colaborado en el servicio desde su fundación son los doctores Emilio Madrigal Trigos, José Alberto Riaño, Francisco Cuevas Montes de Oca, Rodrigo Alberto Ceniceros (actual jefe del servicio), Miguel Blas Franco, Jesús Torres Peralta y Miguel Ángel Pichardo Farfán.
Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).
En el ISSSTE a pesar de existir el servicios de proctología desde antes, no fue sino hasta el año de 1986 cuando el Dr. L Raúl Alvarado Cerna, instituyó en el Hospital “Tecamachalco”, el primer curso de especialización como “adiestramiento en proctologia”, teniendo como profesores asociados a los doctores Reynaldo Cervantes y Manuel Heiblum Shapiro, médicos adscritos. A pesar de haber preparado excelentes médicos especialistas, nunca contó con el reconocimiento universitario, hasta la demolición del hospital en 1994.
Desde 1992, en el Hospital Regional “Lic. Adolfo López Mateos”, el Dr. Oscar Coyoli García, jefe del servicio de coloproctología desde su fundación, se dio a la tarea de retomar la responsabilidad de la enseñanza de la especialidad en el Instituto; al principio, a través de cursos monográficos, de adiestramiento en servicio y de enseñanza tutelar. A partir de 1997, con la residencia en coloproctología, inicialmente con reconocimiento Institucional y del Consejo Mexicano de Especialistas en Enfermedades del Colon y del Recto, A.C., consiguiendo una excelente calidad en la preparación de los egresados, motivo por el cual, se obtuvo a partir del año 2000, el reconocimiento universitario de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Medicina de la UNAM. Los médicos que han colaborado en diferentes etapas son los doctores Oscar Coyoli García, José María Herrejón Camargo, R Carlos Toledo Caballero y Héctor N Solares Sánchez.
SOCIEDADES MÉDICAS
Fundación de la Sociedad Mexicana de Proctología
La Sociedad Mexicana de Proctología fue fundada el 10 de mayo de 1954 en el Hospital de Enfermedades de la Nutrición, por los doctores Edgar Becerra Cabrera, Carlos Alonso Blasio, Fidel Ruiz Moreno, Gerardo de Esesarte, Jaime P Constatiner, José de Jesús Enríquez, Manuel Peláez Cebrián y Salvador Villazón Llaca.
Sus presidentes han sido: 1954-56, Edgar Becerra Cabrera; 1957-58, Fidel Ruiz Moreno; 1959-60, Salvador Villazón Llaca; 1961-62, Gerardo de Esesarte; 1963-64, Manuel Peláez Cebrian; 1965-66, Adolfo Pardo Gilbert; 1967-68, Luis Minvielle Uruchurtu; 1969-70, Sergio Buenrostro Araiza; 1971-74, Elías Corral Manrique; 1973-74 Manuel Heiblum Shapiro; 1975-76 Ángel Elorriaga Ferro; 1977-78, Álvaro Sosa Verdusco; 1979-80, Librado Gallegos González; 1981-82, Octavio Avendaño Espinosa; 1983-84, Francisco Javier Barrientos Castro; 1985-86, Federico Verdín López Arce; 1987-88, Carlos Alonso Blasio; 1989-90, Pedro Pacault Casaubon; 1991-94, Sergio Mendoza Hernández; 1995-96, Luis Charúa Guindic; 1997-98, José Manuel Correa Rovelo; 1999-00, Rafael Sánchez Morett; 2001-02, Juan Pablo Peña Ruiz Esparza; 2003, Daniel Saltiel Mechulan; 2004-06, Eduardo Villanueva Sáenz; 2007-08, Carlos Belmonte Montes; 2009-10, Gilberto López Betancourt y 2011-12, Quintín Héctor González Contreras.
En 1989 cambió su nombre por Sociedad Mexicana de Coloproctología, A.C., y a partir de 2008 con el fin de mejorar su calidad académica y tener mayor validez jurídica, nuevamente cambia su nombre a Colegio Mexicano de Especialistas en Coloproctología, A.C. Este Colegio agrupa a los profesionistas médicos que ejercen con exclusividad la especialidad de coloproctología. Sus objetivos son difundirla mediante sesiones, cursos y congresos de gran calidad los temas de la especialidad.
A la fecha el Colegio Mexicano de Coloproctología, A.C. está constituido por más de 200 socios, goza de prestigio académico nacional gracias a la admisión selectiva de sus candidatos, que le permite incluir únicamente a los médicos que demuestran haber realizado una residencia en la especialidad completa, haber sido certificados por el Consejo Mexicano de Coloproctología, A. C., y tener cédula de especialista en coloproctologia, registrada en la Dirección General de Profesiones de la SEP.
Fundación de la Sociedad Mexicana de Cirujanos de Recto y Colon
En mayo de 1969, quedó constituida en la ciudad de México, la Sociedad Mexicana de Cirujanos de Recto y Colon, por su fundador el Dr. Fidel Ruiz Moreno y 18 miembros más: Carlos Albarrán Treviño, Cesar Gutiérrez Samperio, Raúl Alvarado Cerna, Manuel Manzanilla Sevilla, Carlos Arroniz Quirarte, Luis Montes de Oca Camacho, Eduardo Camacho Contreras, José Ochoa Fernández, Pablo Cruz Esparza, Fidel Ruíz Healy, Alfredo Dávalos Mata, Carlos Sáenz Domínguez, J de Jesús Enríquez Chávez, Héctor Treviño Mere, José Vicencio Gama Carpio, Alfredo Tovar y Rafael García Carrisoza.
Esta sociedad alberga a cirujanos generales y cirujanos del aparato digestivo del país, que atiendan a pacientes con enfermedades de ano, recto y colon, así como cirujanos con estudios de la especialidad realizados bajo el tutelaje de grandes cirujanos nacionales y extranjeros.
Fundación de la Asociación Latinoamericana de Coloproctología
El 3 de diciembre de 1957, durante el primer Consejo Internacional de Proctología en Mar del Plata, Argentina, se reunieron cirujanos de colon y recto de lengua hispana y portuguesa de América Latina y se decidió crear una sociedad que los congregase y así surgió la Asociación Latino Americana de Proctología (ALAP), siendo su primer presidente el Dr. Daher E. Cutait, de Brasil. A partir de 1984 esta sociedad se convierte en la actual Asociación Latinoamericana de Coloproctología (ALACP).
Fundación del Consejo Mexicano de Especialistas en Enfermedades del Colon y del Recto, AC
El 3 de febrero de 1975, se fundó el Consejo Mexicano de las Enfermedades del Colon y del Recto. Posteriormente, el 22 de mayo de ese año, la Academia Nacional de Medicina, otorgó su respaldo correspondiente. Fue hasta el 14 de enero de 1988, cuando se protocolizaron sus estatutos ya con el nombre actual de Consejo Mexicano de Especialistas en Enfermedades del Colon y del Recto, A. C. El 10 de agosto de 1988, al cumplir con todos los requisitos que solicitaba la Academia Nacional de Medicina, le otorga la idoneidad académica única y a partir de entonces, renueva y actualiza con el Comité Normativo Nacional de los Consejos de Especialidad Médicas (CONACEM), organismo asesor, vigilante y regulador de los Consejos y dependiente de la Academia Nacional de Medicina y de la Academia Mexicana de Cirugía.
Los requisitos indispensables para la certificación resaltan los siguientes: A) Título de médico cirujano, con registro en la Dirección General de Profesiones de la SEP. B) Comprobante de una residencia de Cirugía General. C) Comprobar la realización de un curso completo de especialización en Coloproctología, con duración no menor de dos años y con reconocimiento universitario e institucional.
Gracias a que las instituciones públicas y privadas han exigido la certificación y recertificación, un número mayor de especialistas lo hacen en forma periódica. La vigencia de la certificación es por 5 años y para la recertificación es suficiente con acreditar el puntaje mínimo requerido que de 80 puntos; para ello, se toma en cuenta la productividad institucional y/o privada, sociedades médicas pertenecientes, publicaciones, producción editorial, cursos de actualización, entre otros. Hasta el 2011, 326 especialistas se han certificado y recertificado.
Libros y Revistas Publicados y Editadas de Coloproctología en México
Libros
“Proctología”. Autor Dr. Octavio Avendaño Espinosa. Editorial Impresiones Modernas, S. A. Año de publicación 1968. Primer libro de Proctología en México. Número de páginas 213. Todos los capítulos del libro fueron escritos por el Dr. Avendaño.
“Colon, Recto y Ano”. Editor principal Dr. Manuel Peláez Cebrián. JGH Editores. Año de publicación 2000. Cuenta con 55 colaboradores y 330 páginas.
“Endoscopia en Coloproctología”. Autor Dr. Librado Gallegos González. Editorial Trillas. Año de publicación 128. Todas las imágenes y capítulos fueron escogidas y escritas por el Dr. Gallegos.
“Colon, Recto y Ano. Enfermedades Médico-Quirúrgicas”. Editor principal Dr. Takeshi Takahashi Monroy. Editorial McGrow-Hill Interamericana. Año de publicación 2002. Cuenta con 136 colaboradores y 670 páginas.
“Manejo Integral del Paciente Ostomizado”. Editor Dr. José Manuel Correa Robelo. Editorial Alfil. Año de publicación 2005. Cuenta con 13 colaboradores y 226 páginas.
“Proctología Práctica”. Editor Dr. José Manuel Correa Robelo. Editorial Alfil. Año de publicación 2009. Cuenta con 7 colaboradores y 140 páginas.
“Patología Anorrectal” en Clínicas de Gastroenterología, Volumen 2, Número 1. Editor invitado Dr. Luis Charúa Guindic. Editorial Alfil. Año de publicación 2011. Cuenta con 35 colaboradores y 264 páginas.
“Manual de Enfermedades Anorrectales en la Práctica Clínica”. Editor Dr. Luis Charúa Guindic y Dr. José María Remes Troche. Editorial Alfil. Año de publicación 2017. Cuenta con 7 colaboradores y 312 páginas.
Revistas
“Revista Mexicana de Coloproctología”. Editor Dr. Gabriel Bucio Velázquez. Publica desde 1995 (en español o inglés) trabajos originales, artículos de revisión, reporte de casos clínicos y cartas al editor, relacionados con los aspectos clínicos, epidemiológicos y básicos de la medicina. Es el órgano informativo científico de la Asociación Iberolatinoamericana de Coloproctología, A.C. Publicación cuatrimestral.
SAN FRIACO, EL SANTO PATRÓN DE LA PROCTOLOGÍA.
¿Quién era San Fiacro? Al parecer era el primer hijo de Eugenio IV, rey de Escocia (alrededor del año 600), que prefirió seguir la senda religiosa y marchó a Francia con su hermana Sira. Se estableció en la diócesis de Meaux (departamento del Sena y Marne), no lejos de París, cuyo obispo era San Faron.
Sira entró en un convento y a su muerte fue canonizada como una de las vírgenes santas de la Iglesia. Su hermano Fiacro llevó una vida de ermitaño en Breuil, en Brie, en un lugar que se llama hoy Saint Fiacre en Francia. No quiso regresar a Escocia para suceder a su padre en el trono y recibió las órdenes sagradas de san Chilain, noble escocés que vino a su encuentro desde Roma. La fama de Fiacro se extendió rápidamente y acudía gente de todas partes y de todas las clases sociales a visitarle y, naturalmente, le llevaban también enfermos.
Como necesitaba un terreno mayor que el que tenía, se lo pidió al obispo. La leyenda dice que San Faron estaba dispuesto a cederle todo el terreno que él pudiese conseguir en un día de trabajo cavando a su alrededor una zanja con una azada, y él consiguió una gran extensión de terreno, pues el trabajo de la zanja se “hacía con solo pasar su bastón”.
Al ser un gran agricultor, obtenía espléndidos frutos y bellísimas flores, algunos le envidiaban y una mujer llamada Baguenaude lo acusó de sortilegio. El obispo Faron lo convocó para una indagación y lo sometió a la prueba de esperar el juicio de Dios sentado en una gran piedra, frente a la iglesia; así estuvo Fiacro durante varios días hasta que al fin, convencido el obispo de su inocencia, lo mandó volver a su ermita, y a la calumniadora mujer la expulsó diciéndole: ”Vuelve a tu rueca Baguenaude”; desde entonces “Baguenaude” significa en francés perder el tiempo diciendo cosas ociosas e inútiles.
La piedra en la cual el Santo estuvo sentado esperando el juicio de Dios se hizo blanda como la cera al recibir la impresión de su cuerpo. Este y otros milagros probaron su inocencia. Así nació la leyenda de que los que se sentaran en esa piedra curarían sus hemorroides. Du Plessis, en su Histoire de L’ Eglise de Meaux (1731), aunque duda de la veracidad de esta historia, dice que “hace siglos que en el monasterio de Saint Fiacre se conserva una piedra sobre la cual quienes padecen hemorroides se sientan pudorosamente sin desnudarse ni levantarse sus vestidos”, y asegura que varios hombres y mujeres obtuvieron por este medio una completa curación. San Fiacro murió el 30 de agosto del 670, y este día se celebra su festividad. Está enterrado en una capilla moderna en Saint Fiacre, en Brie, y es un famoso lugar de peregrinaciones no solo para buscar remedio a las hemorroides, sino a las diversas afecciones anorrectales, intestinales y hemorragias rectales. Se dijo que Enrique V de Inglaterra (1413-1422), murió en Vincennes, Francia, de la enfermedad de San Fiacro y que, a pesar de las oraciones al Santo, no se realizó el milagro. En la actualidad ha descendido el culto a San Fiacro, quizá porque hay mejores tratamientos para curar las hemorroides.
Avances y Perspectivas en la Practica de la Coloproctología en los Siguiente Años en México y la Necesidad del Sistema Nacional de Salud de la Especialidad
Vivimos una época altamente tecnológica en la práctica de la medicina y de la cirugía, a tal grado que rebasa lo imaginado, no solo en el diagnóstico, sino también en la forma de atender y abordar la cirugía.
Las recientes estadísticas de la Secretaría de Salud, nos indican que el mexicano tiene cada día mayor esperanza de vida y, seguramente, en poco tiempo, rebasaremos los 80 años. Este solo hecho permite asegurar que el número de enfermos con patología de colon, recto y ano, en especial el cáncer colorrectal, la enfermedad diverticular del colon, entre otras, se incrementara en forma alarmante.
Esta información ha permitido que las autoridades gubernamentales asignen recursos especiales a las enfermedades degenerativas para atenderlas. En la actualidad, esto no es suficiente. No todos los hospitales, ya sean generales o de alta especialidad, cuentan con cirujanos coloproctólogos.
Es razonable pensar que el aumento de coloproctólogos que ha tenido lugar en los últimos 25 años va a continuar en las siguientes décadas. Aunque se están haciendo grandes esfuerzos para lograrlo, aún queda mucho por hacer. Lo importante no es generar especialistas, sino que ocupen plazas en la especialidad en la que se han preparado. No es infrecuente que los egresados de las subespecialidades, en especial de la coloproctología, trabajen como cirujanos generales. Para los grandes empleadores del Sector Salud, como es el IMSS y el ISSSTE, es más lucrativo contratar a un cirujano general y coloprcoctólogo para ocupar una plaza de cirujano general, que a un cirujano general sin una subespecialidad.
La residencia en coloproctología tiene duración de dos años. Hay que aclarar que para poder ingresar al curso debe contar el aspirante con la especialidad de cirugía general completa de 4 años. El número de residentes varía según la institución a que pertenece. Cada año egresan de las 5 sedes avaladas por la UNAM aproximadamente 20 médicos. En el 2012, en junta de coordinadores de las diferentes especialidades representadas en la UNAM, se consideró la posibilidad de que la coloproctología se convierta en una especialidad y no una subespecialidad, como esta considerada actualmente; para ello, de aprobarse las modificaciones expuestas, se cambiaría el plan de estudios de la UNAM, y quedaría de la siguiente manera: 2 años de cirugía general y 3 de coloproctología.
Es necesaria la coordinación de las actividades docentes de las Universidades del país con la Secretaría de Salud. Resalto el cuidado que ha puesto el departamento de Posgrado de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México con la coloporctología, única que esta formando especialistas en coloproctología con aval universitaria, ya que otras universidades e institución en provincia lo están intentando, pero, hasta la fecha no ha sido posible.
Debe insistirse con las autoridades correspondientes mantener los servicios con el equipo instrumental adecuado y el personal idóneo suficiente; convendría que la Secretaria de Salud incrementara los programas que ha instituido para la prevención de las enfermedades con mayor impacto económico como es el cáncer colorrectal, entre otras.
Literatura consultada
www.coloproctologia-mexico.org
www.consejo-cmeecr.com.mx
http://files.sld.cu/coloproctologia/files/2009/11/historia_de_la_proctologia.pdf
http://www.drmartinezcarles.com/historia-proctologia-mundial.html
Manzanilla SM. Reseña histórica de la Coloproctología en México de S. XVI a comienzos del S. XX. Rev Mex Coloprocto 2006;12(2):60-69. “
Charúa GL. Aspectos anecdóticos e históricos de las ileostomías y colostomías. Rev Med Hosp. Gen Mex 2006;69(2):113-118.
Galandiuk S, Mortensen N. Contributions of academic medicine to colon and rectal surgery. Dis Colon Rectum 2000;43:1653–1659.
Martínez SA, Pappe PH, Potencian S, Sorgi M. La coloproctología venezolana “2005” ¿Quiénes somos y qué hacemos? Rev Venez Cir 2007;60(1):8-15.
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